En un campus nuevo

Hace un año, el 21 de julio de 2014, el Prelado del Opus Dei -Mons. Javier Echevarría- visitó y bendijo las nuevas instalaciones de la Universidad del Istmo. Como Presidente Honorario de esa casa de estudios, dirigió a los asistentes, al personal administrativo y a los estudiantes palabras de aliento frente a la nueva etapa que le esperaba a la universidad.

Durante el breve encuentro que sostuvo recordó a los profesores la necesidad de impulsar a sus alumnos para que luego puedan servir mejor a la sociedad. Y a los alumnos les dijo que debían cultivar un sentido profesional de sus vidas, que no podían defraudar a la sociedad guatemalteca.

Ahora, tras un año de ese acontecimiento y luego de seis meses de clases en el nuevo campus, entrevistamos al rector de la Universidad del Istmo, Manuel Ángel Pérez Lara.

1. Hace un año, usted le preguntaba al Prelado si valía la pena el esfuerzo en sacar adelante esta Universidad. El Padre instó a todos a trabajar “con Dios, por Dios y para Dios”. ¿Se ha reflejado este consejo en el primer semestre de la universidad?

No puedo contestar por todos, pero sí hay hechos concretos que a los ojos del rector demuestran que ese consejo se sigue; por ejemplo, el aumento de personas que asisten a misa diariamente -casi tres veces más de quienes lo hacían en el campus anterior-, la alegría y participación en algunas actividades como el “welcoming tournament”, en el cual participaron casi dos tercios de todos los estudiantes de la universidad en un ambiente de alegría, “cool”, como dirían los jóvenes.

2. ¿Qué significa para todos el cambio de instalaciones? ¿Ha impulsado la formación profesional?

En primer lugar, el muy importante incremento de alumnos inscritos; luego, el interés en una formación profesional más internacional (los intercambios con universidades extranjeras se han multiplicado); y, por último, la demanda por estudios de mayor nivel como maestrías y especialidades, muchas de ellas impartidas por profesores extranjeros.

3. El Padre comentaba que todas las personas que pasan por esta universidad debían saberse instrumentos de Dios. ¿Como influye en la formación profesional de los alumnos la necesidad de hacerles ver que pueden ser instrumentos de Dios?

El lema de la universidad lo dice todo: Saber para Servir.

Puedo ponerle un ejemplo: un grupo de alumnos de la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales ganó un concurso mundial de resolución de casos, en Canadá. Lo que les hizo ganar fue el enfoque humano que dieron a temas puramente financieros, como la fusión de empresas; esto impactó tanto que ya varios profesores de otras universidades que asistieron a ese concurso han pedido venir a dar clases a la universidad.

4. Ahora dígame usted, ¿"vale la pena" sacar adelante esta universidad?

Si “vale la pena” significa acercar personas a Dios, y que nuestros profesionales midan su éxito por el impacto que producen en crear un mejor ambiente y dar esperanza que todo puede mejorar, lo que sin duda está pasando, entonces sí: vale la pena.