“Canta ante la Virgen Inmaculada”

Dios Omnipotente, Todopoderoso, Sapientísimo, tenía que escoger a su Madre. ¿Tú, qué habrías hecho, si hubieras tenido que escogerla? Pienso que tú y yo habríamos escogido la que tenemos, llenándola de todas las gracias. Eso hizo Dios. Por tanto, después de la Santísima Trinidad, está María.

–Los teólogos establecen un razonamiento lógico de ese cúmulo de gracias, de ese no poder estar sujeta a satanás: convenía, Dios lo podía hacer, luego lo hizo. Es la gran prueba. La prueba más clara de que Dios rodeó a su Madre de todos los privilegios, desde el primer instante. Y así es: ¡hermosa, y pura, y limpia en alma y cuerpo! (Forja, 482)

Eres toda hermosa, y no hay en ti mancha. –Huerto cerrado eres, hermana mía, Esposa, huerto cerrado, fuente sellada. –Veni: coronaberis. –Ven: serás coronada. (Cant., IV, 7, 12 y 8.)

Si tú y yo hubiéramos tenido poder, la hubiéramos hecho también Reina y Señora de todo lo creado.

Una gran señal apareció en el cielo: una mujer con corona de doce estrellas sobre su cabeza. –Vestido de sol. –La luna a sus pies. (Apoc., XII, 1) María, Virgen sin mancilla, reparó la caída de Eva: y ha pisado, con su planta inmaculada, la cabeza del dragón infernal. Hija de Dios, Madre de Dios, Esposa de Dios.

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo la coronan como Emperatriz que es del Universo.

Y le rinden pleitesía de vasallos los Ángeles..., y los patriarcas y los profetas y los Apóstoles..., y los mártires y los confesores y las vírgenes y todos los santos..., y todos los pecadores y tú y yo. (Santo Rosario, 5º misterio glorioso)

Recibir mensajes por correo electrónico

email