El iPad es un instrumento de trabajo que uso a diario, como profesora, para interactuar con mis alumnas. Me encontraba de vacaciones y no sé por qué razón, quizá a causa de un golpe, la pantalla se desfiguró y sólo aparecían rayas, que me impedían trabajar. No se veía nada. Le encomendé a don Álvaro que me lo arreglase, pues lo utilizo con bastante frecuencia y tendría que comprarme otro necesariamente. Rezaba la estampa del beato Álvaro y la dejaba sobre el dispositivo. Cada día lo encendía a ver si volvía a su vida normal, y nada. Así durante 15 días.
A mi regreso de vacaciones, me disponía a llevarlo a una tienda para arreglarlo y, al sacarlo de la mochila y encenderlo, apareció la imagen que tengo de pantalla de inicio. Me quedé tan sorprendida que lo apagué y encendí varas veces. Mi tableta estaba nueva, como si no le hubiera ocurrido nada. De esto han pasado ya casi dos años. Le doy gracias a don Álvaro. Estoy convencida que me arregló mi iPad en el momento más oportuno.
M.L.A.Q., España, 14 de febrero de 2017